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jueves, 29 de octubre de 2015

Gatos de los bosques de Noruega ~ leyendas

Es en los bosques que cubren Noruega donde este gato ha tomado su nombre: Norsk Skogkatt, gato de los bosques del norte. La tradición dice que el noruego desciende de los gatos de los vikingos; otros dicen que son los gatos de los elfos, seres mágicos de los bosques.

El gato del Bosque de Noruega nace con un PELO CORTO y suave. El pelo se pone lanoso a la edad adulta, hay que esperar algunas veces hasta 5 años. Su carácter es particular y sus características son únicas en el mundo. Tiene pies largos con dedos palmeados que le permiten desplazarse con toda seguridad sobre la nieve, o bajar de los árboles con la cabeza abajo, siguiendo un recorrido en espiral.

Su pelo es doble, la capa inferior es lanosa y da una impresión de pesadez y profundidad. Está recubierto de largos pelos de cobertura impermeables y lustrosos. El pelo de guardia es de textura ligeramente aceitosa. Es más corto sobre los hombros y se va alargando de forma progresiva.


HISTORIA Y LEYENDA DEL BOSQUE DE NORUEGA

Fuente. Revista Todo Gatos, Maribel Lerones (1996)

Rodeado de un pasado en el que se le relaciona con dioses y hadas, el Bosque de Noruega es todo un símbolo de su país. Raza pura, pues no se ha cruzado con otras, conserva los dones que le ha otorgado la naturaleza y que nos muestra con orgullo. De carácter dulce, es un compañero fiel, divertido y juguetón, que no tendrá reparos en contarnos cuando lleguemos a casa cómo ha pasado un día lleno de aventuras.

El Bosque de Noruega vive desde hace siglos en los países nórdicos dada su presencia en la mitología y en los cuentos antiguos de la zona que lo relacionan con los dioses y las hadas. Según la leyenda vikinga, antepasados de esta raza sirvieron a Freya, diosa de la belleza y del amor, que conducía un carruaje que cruzaba el cielo a gran velocidad tirado por dos Bosques de Noruega y que el poderoso Thor no pudo levantar. No existen pruebas para confirmar su procedencia pero cabe pensar que fueron introducidos en Escandinavia por los vikingos en el siglo VIII desde las regiones del Próximo Oriente. Los navegantes llevaron en sus “drakkars” algunos gatos para defender las mercancías de los roedores y, una vez desembarcados, se adaptaron perfectamente a las condiciones climáticas de su nuevo entorno nórdico gracias a su pelaje.

Hace mucho tiempo, en la prehistoria quizá, gatos de PELO CORTO emigraron hacia el norte; allí se adaptaron y sobrevivieron desarrollando unas características raciales especiales que les permitieron vivir en un clima durísimo. La historia de estos gatos está llena de leyendas que lo sitúan cerca de los dioses y al lado de las hadas. Es de sobra conocido que dos gatos blancos tiraban del carro de la diosa Freya y que el poderoso Thor no pudo levantarlo con sus manos. Leyendas a parte, las primeras referencias están descritas en 1550 por un sacerdote naturalista danés que vivía en Noruega y que clasificaba la flora y la fauna de Escandinavia; Peter Clussoan Früs en sus trabajos hace una división entre los linces: el lince-lobo,el lince-zorro y el lincegato. Seguramente se trataba tan sólo del “skogkatt”; su semejanza con el lince era evidente: collar, plumetis en las orejas y el tono del manto, y no sólo estéticamente se parecía: su habilidad para pescar en los lagos, la destreza a la hora de cazar pájaros y su pericia subiendo y bajando de rocas y árboles hicieron que lo confundieran. Mas tarde, en 1912, un autor noruego, Gabriel Scott, escribe un libro para niños en el que el protagonista principal es un gato de los Bosques de nombre “Solvfaks”.

Con el desarrollo rural en el norte de Europa, los colonos llevaron con ellos a sus granjas gatos de PELO CORTO; estos se empezaron a aparear con gatos de los Bosques que hasta ese momento se habían mantenido más lejos del hombre, esto puso en peligro la raza y en los años treinta los noruegos se empezaron a preocupar por su gato autóctono.

Comienza la andadura. Para poder considerar un gato como auténtico los criadores debían llevar sus gatos y sus camadas a una comisión que dictaminaba si eran adecuados y cumplían todos los requisitos que en ese momento se tenían en cuenta para criar únicamente con auténticos gatos de los Bosques; debían poseer todos los atributos y rasgos que distinguían a este gato de cualquier otro: pelo, tamaño, morfología, carácter, etc. Estos pioneros trabajaron lenta y rigurosamente hasta elaborar un estándar y así determinar con palabras y puntuación lo que la naturaleza había determinado tiempo atrás con frío y condiciones extremas para sobrevivir. Era necesario si se quería proteger a la raza evitando cruces con cualquier otro gato. Es por esto por lo que el Bosque de Noruega es único, especial, pero sobre todo natural, pues aunque la mano del hombre ha intervenido sólo lo ha hecho para salvaguardar su pureza y conservar sus primitivas características, luchando contra modas o caprichos pasajeros. Es fácil de entender que los escandinavos quisieran proteger a un animal que reúne en sí mismo algo tan difícil de encontrar: un carácter dulcísimo, una destreza sorprendente y una estética fantástica que lo sitúa en un ámbito que va desde la más absoluta admiración a la constante sorpresa.

Sigamos con su historia. En 1969 13 noruegos participaban en exposiciones y tres años más tarde la raza es reconocida por las asociaciones felinas noruegas y se empieza a elaborar el primer estándar; dos años después el cruce de “Pippa” con “Truls” da los primeros Noruegos reconocidos como raza. Sus nombres; “Pjewiks Truls” y “Pjwiks Nisse”. En 1975 Kari Eggun, Liven Loose y Egil Nylund fundaron la Nors Skogkattring, que le da un impulso y fuerza a la raza. En 1976 es reconocida por la FIFe. Una delegación compuesta por Carl-Frederik, Elen Nordane y Arvid Engh viaja a París, sin embargo la estrella del momento, “Pan’s Truls”, el gato que había servido de modelo para le elaboración del estándar, no pudo viajar con ellos. Las leyes fronterizas noruegas impedirían que regresara sin sufrir antes una larga cuarentena. Cuando la delegación noruega regresó él fue al aeropuerto a recibirla. “Truls” era ya muy conocido por su aparición en la televisión y la declaración del rey Olaf de otorgar al “Norsk Skogkatt” la categoría de mascota nacional le habían dado mucha popularidad, y así este vikingo que viajaba en las bodegas de los “drakkars” empieza una nueva singladura conquistándonos por su belleza e inteligencia.

La primera organización felina americana que lo reconoció fue TICA, que entre 1984-1985 elaboró su primer estándar; los primeros Noruegos registrados en CFA datan de 1987 y comenzaron a competir en 1993. Justamente en el año que celebramos su vigésimo aniversario del reconocimento de FIFe la CFA en su anuario de 1996 hace una reseña especial de los Bosques de noruega.

Al principio la exportación era muy difícil y restringida: un gato no podía salir de Noruega sin un acuerdo de la comisión de crianza de la Federación Felina Noruega. Pero Europa ya había sucumbido a sus encantos y muchos de los hoy reconocidos criadores se embarcaron, a pesar de las dificultades, en la reconfortante tarea de criar estos gatos. El primer eurocampeón más allá de las fronteras escandinavas fue “Jakobellas Max”, un macho negro tabby tigre con blanco propiedad de Margaret Leleither, que ese mismo año, fundó el

Club del Bosque de Noruega en Alemania.

Hasta 1990 se permitió gatos de la naturaleza y en ocasiones los encontramos en nuestros pedigríes. En la actualidad hay mucha controversia entre los criadores a la hora de decidir si se puede volver a coger gatos de la naturaleza. Muchos defienden que hay suficientes líneas genéticas para trabajar sin consanguinidad; en cambio otros creen que se están perdiendo algunos de los rasgos característicos de la raza, que se recuperarían con la entrada de sangre nueva. De momento es muy difícil que la categoría de novicios se vuelva a abrir, quizá uno de los motivos para la negativa sea que tendrían que hacerse comisiones muy estrictas a la hora de admitir un gato de la naturaleza, y por supuesto sólo en Noruega, su país de origen (aunque es sabido que el Bosque se ha desarrollado también en Suecia y Finlandia). Pero hay que entender que un motivo especial influye a la hora de tomar esa decisión, especialmente entre los criadores noruegos, y no es otro que el sentimental. A casi todos los criadores nos gustaría tener un gato directamente cogido de los bosques. Imaginaros a los noruegos viendo saltar o trepar por los árboles magníficos ejemplares sin poder acceder a sus líneas genéticas. Quizá en el futuro nos pongamos de acuerdo todos los criadores y tomemos la decisión para nuestros gatos, que en definitiva, es lo que importa.

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